Avión de papel
Entró por la ventana volando, más bien planeando:
un pequeño avión de papel naranja. Tenía una forma de moverse lenta, con sus alas extendidas e inmóviles. Un folio meticulosamente doblado en finas aristas, formando ángulos casi perfectos.
Al chocar con el escritorio, aterrizó sobre una carpeta amarilla que reposaba allí,
esperando ser rescatada de su función tan insustancial. Cuando Pedro se giró para
coger esa misma carpeta, aburrido y pensando ya en la hora de cerrar, lo
encontró ahí apoyado.
***
Estoy
hecho para volar, lo sé, desde hace tiempo. Se lo dije a mis iguales, pero no
escuchan, ya nadie escucha hoy... Pero yo lo sabía, ella también. Me tomó en sus
manos y de forma minuciosa, trazó líneas cuidadosas en mi superficie blanca y
satinada: adquirí la forma de un avión supersónico. Y volé, volé lejos, volé
alto, hasta llegar donde ya ni la carpeta, ni mis compañeros, soñaron jamás
llegar... Folio, avión, sueño, Juan Salvador, ¿quién sabe?
* Copyright Maria João Matos
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