* Copyright Maria João Matos
“Mirando al suelo no existen los colores de la piel. Sólo zapatos en
movimiento y zapatos en reposo. Caminar, correr, aguantar de pie. Aguantar.
Mirar hacia abajo en estos casos es hacer tabla rasa. Todos iguales. Las formas
indefinidas favorecen la imaginación. Se abren espacios de luz dónde cabemos
todos. Las fronteras son lineales, ásperas, admiten poca interpretación, son
fronteras más que nada. No hay zapatos inmigrantes sino personas acostumbradas
a huir. De un lado y otro de la frontera los pies son iguales: dos en el mejor
de los casos. Quizás mirarte a los pies sea un hermoso gesto de empatía,
después de todo. Bajar la vista no es un acto de cobardía, es una demostración
de amor. Tus ojos fijos en mis pies, los míos buscando tus manos. Un mundo
abarrotado de manos que se buscan, un camino tapizado de pies libres embutidos
en sus zapatos. Zapatos de todos los colores, y el color de la piel oculta tras
los zapatos.”
J.F.G.
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